Utilizada en todo el mundo para diseñar e implementar un SGC con foco en la satisfacción de los clientes, esta herramienta demuestra el compromiso de la organización con la calidad, aportándoles confianza y seguridad.
Al estar basada en un ciclo de mejora continua (planificar – hacer – verificar – actuar), su aplicación garantiza que la gestión de la calidad se imprima cada vez más en el ADN de la organización, independientemente de su tamaño o actividad.